PEKUDEI 5768
Éxodo 38:21 – 40:38
8 de marzo de 2008 – 1 de Adar II 5768
Rabino Gustavo Kraselnik
Congregación Kol Shearith Israel, Panamá
Fuente Unión de Congregaciones Judías de Latinoamérica y El Caribe
Con la lectura de Parashat Pekudei (Cómputos) concluye el Sefer Shmot (Éxodo). El Mishkán, el santuario portátil que acompañará al pueblo judío por el desierto, ya está listo. La Torá nos brinda en esta porción un minucioso reporte, describiendo las tareas y los objetos realizados para el Mishkán. La expresión Ken Asú, "Así hicieron", aparece 78 veces.
A pesar de repetir casi literalmente pasajes que aparecen en capítulos pasados, Pekudei trae como novedad a Moisés presentando un balance completo sobre la labor realizada, las ofrendas recibidas y cómo se utilizaron. Hasta los objetos más pequeños, los ganchos de las columnas y cómo estaban recubiertos, aparecen enlistados, demostrando el claro interés del líder por rendir cuentas de los dineros del pueblo.
La preocupación de Moisés es legítima. Como principal dirigente, sabe que tiene la responsabilidad no solo de administrar con eficiencia los recursos sino además debe mostrar la forma en que los ha utilizado. Como maestro y líder, entiende que su capital esencial radica en su credibilidad a los ojos del pueblo y debe, por ende, actuar en consecuencia. La construcción del Mishkán es un esfuerzo económico de envergadura. Su integridad moral no puede ser cuestionada.
El Midrash (Yalkut Shimoni, Pekudei 38:415) confirma la inquietud de Moisés y su necesidad de rendir cuentas por lo gastado. Basándose en un versículo que aparentemente no hace referencia al tema, encuentra la oportunidad de exteriorizar el sentir de la gente y la necesaria respuesta del líder.
"Cuando salía Moisés hacia la Tienda, todo el pueblo se levantaba y se quedaba de pie a la puerta de su tienda, siguiendo con la vista a Moisés..." (Ex. 33:8) Rabí Jama dice: "Para criticarlo. Decían: `Mira su cuello, mira sus muslos, come de los judíos, bebe de los judíos y todo lo que posee es de los judíos'". Su compañero le respondió: "¡Tonto! ¿Acaso esperas que el hombre que controló toda la construcción del Mishkán no se vuelva rico?" Cuando Moisés escuchó eso, les dijo: "¡Por sus vidas! Cuando el trabajo del Mishkán esté terminado, les daré un reporte como está dicho: `Este es el cómputo del Tabernáculo'". (Ex. 38:21)
Para Moisés, preservar su honestidad era vital. Como guía del pueblo debe actuar responsablemente. No solo para reafirmar la confianza de la gente en su liderazgo, sino también para mantener su lealtad a Dios.
Tiempo después, en su momento de mayor debilidad, amenazado por la revuelta de su primo Kóraj y su séquito, Moisés siente que necesita el respaldo divino. Enojado con los rebeldes, se dirige a Dios diciendo: "No aceptes su oblación. Yo no les he quitado ni un solo asno ni he perjudicado a ninguno de ellos." (Núm. 16:15).
Al igual que en el relato del Midrash, Moisés visualiza que las sospechas de corrupción atentan contra su persona y pueden debilitar su capacidad de gestión. La intervención de Dios a su favor demuestra, una vez más, que la razón estaba de su parte.
En ambos relatos, su probidad se convierte en su principal fortaleza.
Por eso, nuestra parashá nos dice: Veele Pekudei, "Estos son los cómputos". Aquí están los números. Este es el reporte de la construcción del Mishkán… Vean, aquí está todo. Honestidad y transparencia.
Profunda enseñanza para las generaciones futuras (especialmente la nuestra). Moisés nos recuerda a los líderes que ambas cualidades conforman la base para una dirigencia responsable. Que podamos seguir su ejemplo.
Shabat Shalom,
Gustavo