El Lockerbie argentino George Chaya

"Se embargarán todas las cuentas bancarias que tengan en cualquier lugar del mundo"

El Consejo de Seguridad de la ONU decidió aplicar en 1992 durísimas sanciones sobre la Libia por su responsabilidad en el atentado terrorista ejecutado por funcionarios de sus servicios de inteligencia quienes colocaron un artefacto explosivo en el vuelo 103 de la aerolínea PAN AM. A tan solo 16 años de aquellas decisiones responsables y éticas, las cosas se han puesto de cabeza, la ONU actual pareciera haber perdido los parámetros de ética y justicia.



Por George Chaya

En tiempos no muy lejanos, cuando los organismos supranacionales funcionaban basados en la ética y la observancia del derecho internacional, por caso Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad de la ONU decidió aplicar en 1992 durísimas sanciones sobre la Republica Socialista Árabe Libia por su responsabilidad en el atentado terrorista ejecutado por funcionarios de sus servicios de inteligencia quienes colocaron un artefacto explosivo en el vuelo 103 de la aerolínea PAN AM que cubría la ruta Londres-Nueva York. El avión estallo en pleno vuelo el 21 de diciembre de 1988 sobre la localidad de Lockerbie causando la muerte instantánea de sus 259 pasajeros y de otras 11 personas más en tierra. Tales sanciones, que incluían embargos de los activos libios en cualquier parte del mundo se extendieron hasta el 12 de septiembre de 2003 en que el gobierno de Libia acepto su responsabilidad en el hecho, entrego a los culpables de la masacre y su presidente, Muammar Khadaffi se allano a sufragar la suma de 2.700 millones de dólares en concepto de indemnizaciones a los familiares de las victimas de ese atroz atentado terrorista. Mientras tanto, en una actitud ética y honorable, desde la fecha del atentado la mayoría de los países libres de la comunidad internacional se negó a mantener relaciones comerciales con Libia.

No hubo duda que Lockerbie se trato de un caso muy claro de terrorismo patrocinado por un actor estatal (Libia) y ejecutado por funcionarios y dependientes del mismo estado.

A tan solo 16 años de aquellas decisiones responsables y éticas del Consejo de Seguridad, las cosas se han puesto de cabeza, la ONU actual pareciera haber perdido los parámetros de ética y justicia y no ha comprendido aun que (hoy) existen actores para-estatales al servicio de estados patrocinadores del terror, a menudo se confunde a la opinión pública desde el corazón mismo de Naciones Unidas, se ofrece podio al presidente de Irán, quien descarga ante el mundo (desde la mismísima ciudad de Washington) discursos racistas amenazando con la destrucción de otro estado miembro de la ONU. No obstante, nadie o muy pocos se atreven a levantar la voz convirtiéndose en la excepción a la regla de lo políticamente correcto. El hecho es, que las cosas deberían ser a la inversa. Pero no lo son.

Para continuar la lectura clica aqui