Del Editor de Semana Israel

Esta semana volvió la acción.
En verdad nunca se fue pero las determinaciones colectivas palestinas (no individuales aunque lo parezca) de atacar a israelíes, civiles y militares, fueron noticia otra vez.
El hecho más notorio fue el regreso del “vehículo asesino”, tal como ocurriera meses atrás con las topadoras que mataron e hirieron a civiles en Jerusalén.




Esta vez, un terrorista palestino hirió a 17 personas que en su mayoría eran soldados cuando con auto embistió a peatones que circulaban por una calle de la ciudad.
Residente de Jerusalén oriental, el terrorista de 17 años fue abatido por un oficial militar que se encontraba junto a las víctimas agredidas. “Hice lo que cualquier soldado debe hacer”, afirmó tras el hecho.
En otro acto criminal, esta vez en un puesto de control cercano a Nablus, una mujer palestina atacó con ácido a un soldado que como consecuencia de la agresión perdió un ojo. Más tarde se supo que la mujer ya había hecho un acto similar pocos días atrás.
Los atentados, que nunca son oportunos, comienzan a tener ahora un peso mayor.

Mientras hay “tregua” en Gaza y se sigue “negociando” con Cisjordania, el escenario político israelí está revuelto y las acciones terroristas son exactamente uno de los factores más desestabilizadores; mucho más que la crisis financiera mundial tras el “crack” de Lehman Brothers y sus consecuencias para Israel.
Livni, que se muestra como una neo-moderada, deberá verse forzada a tomar medidas que hubiera aborrecido tomar en su nueva faceta conciliadora. Debido a su cierta impopularidad y las dificultades que tiene para formar una nueva coalición gubernamental, claro.
Ehud Barak, que ya muestra la hilacha, exigió apurar la demolición de las viviendas de terroristas con un alto grado de populismo oportuno.
Y Biniamín Netanyahu, que de esto sabe largo y se muestra como el “duro”, ya rechazó la oferta de Livni de formar un gobierno conjunto y pidió elecciones anticipadas. Los números lo acompañan y contra eso no hay remedio.
Ah, perdón, y Olmert renunció.
Buena semana.