SE PUEDE SER MUSULMAN Y MODERADO?

¿SE PUEDE SER MUSULMÁN Y MODERADO?
JOSE BRECHNER
Una rápida hojeada al Corán indica que nadie puede llamarse musulmán si tolera a cualquiera que no sea de su religión. La Sura 9:5 dice: “Pelea y mata a los paganos donde sea que los encuentres y los veas, menosprécialos, miénteles y espera por ellos en toda estrategia de guerra”. Para aquellos que no se adhieren al Islam, la Sura 5:33 dice: “Su castigo es la ejecución o crucifixión o la amputación de sus manos y pies de lados opuestos o deben ser exiliados de la tierra”. Estas son pequeñas muestras de la violencia que permea del libro. El texto “sagrado” está repleto de exhortaciones al asesinato de los infieles.
De acuerdo al Corán una persona no puede ser musulmana y moderada, porque cualquiera que considere a un no-musulmán como amigo o aliado, no es un musulmán y se ha convertido en hereje y apóstata. El musulmán tiene la obligación de matarte, o de lo contrario él debe ser muerto.

Mahoma era un hombre de Guerra, contrariamente a lo que fueron Moisés, Jesús o Buda, que eran hombres de paz. Mahoma predicaba la violencia y fue el directo responsable por la muerte de miles de personas que: o lo seguían o eran asesinados. El profeta árabe participó en 78 batallas de las que los islamistas se sienten altamente orgullosos. Aprobó la decapitación de los prisioneros de guerra, una práctica continuada por sus seguidores hasta nuestros días, y ordenó el aniquilamiento de cualquiera que abandone su fe islámica.
Los musulmanes predican que ellos salvaron el conocimiento del mundo y que sus estudiosos árabes contribuyeron a la educación y la tradición mientras Europa languidecía en el oscurantismo, la que es otra de tantas mentiras que difunden, porque con la caída de Bizancio, los musulmanes heredaron el conocimiento de los Griegos y Romanos. Si hubiese algo de verdad en sus reclamos intelectuales y culturales, no estarían hoy entre los países con mayor índice de analfabetismo del planeta, que es tres veces mayor al de Latinoamérica, y sigue en crecimiento, pese a sus gigantescas fuentes de riqueza con la que podrían construir escuelas y universidades. En el mundo árabe el gasto para educación no supera los 110 dólares por persona, mientras que en Israel es de 1.200 dólares.

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