Sobre el teatro judío en Rusia Ernesto Schoo


Sobre el teatro judío en Rusia
Por Ernesto Schoo
"¿Y este goy va a crear un teatro judío?", parece que fue el indignado comentario de un intelectual de ese credo cuando, en 1918, se anunció en Petrogrado (San Petersburgo) que Alexei Granovsky (que no era judío, no hablaba idish y se había formado en Alemania como discípulo de Max Reinhardt) había fundado el que se conocería como Teatro Idish de Moscú. En el programa del primer espectáculo, en 1919, Granovsky escribió: "Lo único que nos diferencia del teatro del resto del mundo es el idioma". La historia de esa singular compañía, más conocida como Goset, es narrada por Benjamín Harshav en un libro que acaba de aparecer en Gran Bretaña, The Moscow Yiddish Theatre (Yale University Press, 199 páginas, 45 dólares, o 30 libras) y que Samantha Ellis comenta en la edición de The Times Literary Supplemen t del reciente 6 de junio. Según esa reseña, Harshav hace aparecer a la nueva compañía de la nada, cuando, de acuerdo a un dicho popular, los judíos "comen su pan untado con teatro", y hacia 1918 el teatro idish en Rusia ya se había despegado del melodrama populista y aspiraba a temas más profundos. La señora Ellis afirma que "es una pintura, asombrosamente vívida, de cómo una compañía encuentra su camino".

PARA CONTINUAR LA LECTURA CLICA AQUI