LA PARADOJA DE LA CREACION
El Cuento del Príncipe-Pavo Una vez, el hijo del rey se volvió loco. Pensaba que era un pavo. Se sentía compelido a sentarse bajo la mesa, desnudo, y a hurgar entre las migajas de pan y huesos, tal como un pavo. Ningún médico podía hacer nada para ayudarlo, o curarlo, abandonando la tarea desesperanzados.
El rey estaba muy triste... Hasta que llegó un Hombre Sabio y dijo: "Yo puedo curarlo."¿Y qué es lo que hizo el Hombre Sabio?, Se quitó todas sus ropas, y se sentó, desnudo, bajo la mesa, junto al hijo del rey, hurgando también migajas y huesos.
El Príncipe le preguntó: ¿"Quién eres, y que estás haciendo aquí?"¿"Y que es lo que tu estás haciendo aquí?"respondió."Soy un pavo," dijo el Príncipe.
"Bueno, yo también soy un pavo," dijo el Hombre Sabio.
Y los dos estuvieron allí, sentados, uno junto al otro, durante algún tiempo, hasta que acostumbraron a verse. Entonces el Hombre Sabio hizo una señal y le arrojaron camisas. El Hombre Sabio-Pavo le dijo al hijo del rey: ¿"Tú crees que un pavo no puede usar una camisa? Se puede usar una camisa y seguir siendo un pavo." Los dos, entonces, se vistieron con las camisas. Luego de un tiempo, dió otra señal y les arrojaron unos pantalones. Nuevamente el Hombre Sabio dijo: ¿"Tú crees que si usas pantalones dejarás de ser un pavo?" Y se pusieron los pantalones. Y de esta manera, una a una, se fueron vistiendo con el resto de las prendas . Luego, el Hombre Sabio dio una señal, y les bajaron comida humana desde la mesa. El Hombre Sabio le dijo al Príncipe: ¿"Crees que comiendo buena comida no serás más un pavo? Puedes comer esta comida y seguir siendo un pavo." Y comieron. Entonces le dijo: ¿"Tú crees que un pavo tiene que sentarse debajo de la mesa? Puedes ser un pavo y sentarte arriba, a la mesa."Y así fue como el Hombre Sabio trató con el Príncipe, hasta que al final lo curó completamente.
Rebe Najmán de Breslov
Bajo la Mesa
¡"Pobre de los hijos que se encuentran exiliados de la mesa de su Padre!" (Berajot 3a)
El Príncipe se encuentra allí, desnudo, bajo la mesa. Sus ropas están desparramadas a su alrededor. Si no se viste con ellas, no podrá sentarse a la mesa junto con su padre. Pero el Príncipe no se mueve. Por lo que a él respecta, no es un Príncipe. Es un Pavo. Ni siquiera reconoce esas finas y delicadas vestimentas. Y de hecho no
tienen relación alguna con él. ¿Qué interés podrían tener para un Pavo, si no son comestibles! Mucho más llamativas e interesantes son las migajas y los huesos.
¿Un cuento gracioso? ¿Extraño? ¿Trágico? ¿Absurdo? ¿Qué es lo que significa? ¿Por qué un Pavo? ¿Por qué desnudo? ¿Qué son las migajas y los huesos? ¿Y por qué, de todos los lugares posibles, está debajo de la mesa?
Orden versus Sin Sentido El sentarse a la mesa es mucho más que el acto físico de comer. Hay una cultura entera detrás: la manera en que está puesta la mesa, el orden de servir los platos, las conductas y conversaciones. El comer en la mesa es simbólico de orden. Y ésto es especialmente verdadero en la corte real, cuando el rey participa del banquete ceremonial con sus íntimos, sus oficiales y con huéspedes distinguidos, y cuando "todo dice "Gloria" (salmos 29:9): el espléndido comedor con sus brillantes candelabros, las hermosas sillas y las mesas suntuosamente servidas; los cortesanos vestidos con las ropas adecuadas e insignias; cada uno sentado en su lugar en el orden estricto de las jerarquías; etiqueta, decoro y una nube de atareados sirvientes. En el centro de todo se sienta el rey, con la mesa real delante de él. Y está el Príncipe, acurrucado, debajo, hurgando entre migajas y huesos. El Príncipe nada percibe del orden y del esplendor que lo rodean. ¡Todo lo que ve es un mundo sin orden, un mundo de Pavo!
Para leer el articulo completo clica aqui