
Versión en español de la publicación original en idioma árabe en el Diario Egipcio Al Siyassa El Dawliya 23/10/2007 www.siyassa.org
La conmemoración de los 24 años del criminal atentado con camión bomba sobre los cuarteles de infantería de marina de los EE.UU. en Beirut (el 23 de octubre de 1983) ejecutado según las agencias de inteligencia occidentales por Hezbolá, nos muestra recién en el año 2003 la transformación en la política exterior de EE.UU. que tuvo lugar después del 11 de septiembre de 2001. Siria y Hezbolá han dejado de ser el "factor de estabilidad" del que los señores del Departamento de Estado de los EE.UU. Richard Murphy y Edward Djeredjian eran tan proclives a hablarles a los libaneses entre 1975 y 2003; para convertirse hoy en una fuerza de "ocupación". Los EE.UU. ya no huyen por miedo a Siria y Hezbolá, como lo hizo Ronald Reagan en 1983.
Hoy la lucha de los países "del Occidente bien intencionado" es otra, se trata de frenar y neutralizar a los grupos terroristas y restablecer la vida normal en el Líbano. El pueblo libanés está cansado de las guerras de otros en su suelo y Occidente a través de la intervención de la ONU es la única esperanza del Líbano.
Los nacionalistas libaneses que han abrazado a Hezbolá como una fuerza de "resistencia nacional", deben saber que nadie quiere eliminar a los chiítas del Líbano. Ellos integran, de pleno derecho, un pilar de la sociedad libanesa y una comunidad mas entre las que se constituye históricamente la Republica del Líbano.
Pero hay una gran diferencia entre Hezbolá y la comunidad chiíta. Hezbolá, no ha ayudado en el mantenimiento de la paz, es la única organización política dentro del Líbano que colabora con energías extranjeras -que la financiaron y la armaron- y esta sospechada por la mitad de la sociedad libanesa de actividades de secuestro y muerte de ministros, periodistas, maestros, sacerdotes, monjas y enfermeras de la Cruz Roja, de colocar bombas en embajadas, universidades y centros culturales, al menos 3 de sus elementos operativos están acusados de secuestrar aviones y de usurpar las instituciones libanesas .
El movimiento fundamentalista islámico rechaza a Occidente, no es claro su mensaje a los cristianos y hace la guerra a los judíos y al Estado de Israel sin el más mínimo respeto por el Gobierno del país en el que vive.
La historia de esta organización no puede ser barrida bajo la alfombra. Hezbolá se transformo en los últimos 25 años, desde una organización de resistencia a una organización política que se autoproclamo abiertamente defensora de intereses de Siria e Irán dentro del país, hoy es una organización que negocia con su declarado enemigo mortal, Israel, a la vez que bloquea al Estado soberano de Líbano el derecho a hacerlo. Utiliza sus 30.000 Misiles como instrumento de negociación y ocupa grandes extensiones de territorio libanés negando al Estado legal la entrada en sus feudos y, por mucho que sus adherentes sostengan ha perdido consenso en la sociedad civil que ya piensa que Hezbolá deberá rendir cuentas algún día por sus acciones de hoy y las de hace 25 años.
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