Actualidad Argentina TESHUVA, FIDELIDAD Y CORDURA

Teshuvá, fidelidad y ternura
Por Jorge Rouillon . La Nacion Buenos Aires
El sábado 8, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, confraternizó con islámicos y judíos, con estrechos lazos de amistad. Al mediodía, asistió a la celebración del Centro Islámico de la República Argentina por sus 75 años. Al aire libre, el presidente del Centro, Samir Salech, recibió a embajadores y a mucha gente, de variados sectores. El secretario de Culto, Guillermo Oliveri, descubrió una placa que destaca el aporte del Centro a una sociedad plural.

Por la noche, pasadas las 23, en el barrio de Belgrano, Bergoglio asistió a un oficio en el templo Benei Tikvá, por la fiesta de Rosh Hashaná. Allí, el rabino Abraham Skorka dijo que al comenzar cada año Dios juzga a sus criaturas, que para estar en su presencia deben pedir perdón. Explicó el significado de la palabra Teshuvá , "contrición, retornar a Dios". Dijo que Maimónides lo interpretaba así: "Allí donde te has equivocado, si se presenta una situación semejante, procura no caer en el mismo error".

Se cantaron himnos de arrepentimiento y alabanza. El rabino Arieh Stockman invitó a "compartir para reparar el mundo bajo el reinado de Dios". El rabino Mario Hendler llamó a cada uno a mirar su interior con humildad. Y la rabina Graciela Grynberg, que condujo los cantos, oró: "Señor, enséñanos a escuchar tu palabra y tu voz en cada día de nuestras vidas".

Bergoglio citó el mandato de Dios a Abraham, "un hombre elegido que dejó que el Señor le escribiera la historia", en el Génesis: "Camina en mi presencia y sé irreprochable". Y señaló: "Hoy aquí, en esta sinagoga, tomamos nuevamente conciencia de ser pueblo en camino y nos ponemos en presencia de Dios. Es un alto en el andar para mirarlo a El y dejarnos mirar por El; para examinar nuestro corazón en Su presencia y preguntar si caminamos siendo irreprochables. También yo lo hago, como caminante, junto a ustedes, mis hermanos mayores". Usó varias veces dos palabras: fidelidad y ternura, aplicándolas a "ese Señor que es perdonador y paciente". Dijo: "Es El quien nos invita a acercarnos para derramar esta fidelidad-ternura en abundante misericordia".

Al terminar, Skorka lo llamó "querido amigo". Le regaló un libro de 1832 y le dijo: "Usted nos dio algo en custodia". Pasadas las 0.30, Skorka y su esposa llevaron en auto al cardenal, habitualmente tempranero, a su casa.